Específicamente, la terapia PRP aprovecha el tremendo potencial de regeneración tisular de las plaquetas, un avance que se ha vuelto común en la medicina deportiva y la terapia de trauma. Sus eficaces y rápidos resultados han llevado a que la tecnología se incorpore a otros campos, como los tubos capilares. Para obtener plasma rico en plaquetas, primero se debe extraer una pequeña cantidad de sangre del paciente. La sangre se somete a un proceso de centrifugación que dura 9 minutos, durante el cual se separa la fracción de plasma o PRP que sea de interés y más apto para el tratamiento.

El factor de crecimiento obtenido se inserta en la zona del cuero cabelludo afectada por la caída del cabello, reducción de volumen o adelgazamiento por microinyección. Debido al uso de este procedimiento, en realidad es un proceso indoloro, y debido al uso de frío o pequeñas dosis de anestésicos, las posibles molestias se pueden minimizar. Después de eso, los tratamientos con láser se realizan de inmediato para mejorar los resultados.

Al introducir plasma del paciente, se puede evitar cualquier posible rechazo corporal, alergias o transmisión de enfermedades. El único efecto secundario puede ser un ligero enrojecimiento inmediato, que desaparecerá de forma natural.
Además, al ser una técnica mínimamente invasiva, no es necesario un tiempo de recuperación posterior: puedes volver a tu vida normal de inmediato, solo se recomienda no realizar ejercicio vigoroso, calentar o masajear el cuero cabelludo después de 24 horas.

La duración total de este proceso es de 30 a 60 minutos. Los resultados comenzarán a ser visibles el próximo mes y se fortalecerán en reuniones posteriores. Dependiendo de la situación y el impacto en cada paciente, el tratamiento se repetirá después de 3 a 6 meses. Recomendamos 3 veces seguidas (una vez al mes) y un recordatorio cada 3-4 meses, dependiendo de los resultados obtenidos.